Cadenas de Internet: Una práctica cada vez más común.


imagen: http://lacomunidad.elpais.com

Por: Alberto Sánchez Asmat

Abrir el correo electrónico y encontrarse en la casilla con varios correos que comiencen por FWD o tener más de alguno con remitente desconocido, cada vez, es más común para los usuarios de Internet.
Son los llamados forwards o hoaxes, más conocidos como cadenas, mensajes de correo en su mayoría engañosos que promueven una supuesta campaña benéfica, o alertan sobre el último virus aparecido. En una categoría similar están los denominados spams, que llevan publicidad no solicitada y que más de alguna vez nos saturan la casilla de correo. Esta práctica, que ya es ilegal en algunos países, perjudica a todos los usuarios de Internet, inclusive a quienes la realizan.

Muchos de estos mensajes contienen textos alarmantes en los que se señala que si no los re-envías a tu libreta de direcciones, puedes quedar infectado con un virus, perder el trabajo o llenarte de mala suerte. Otros juegan con la sensibilidad de los internautas invocando casos supuestos de enfermedades o hacen colectas de solidaridad; mientras que otros usan el viejo estilo de las cadenas de la suerte que te amenazaban con una serie de calamidades si cortabas la cadena. Pero, como es lógico, hay gente que ha roto las cadenas, y no les ha pasado nada; y otros que las han continuado y no se han hecho millonarios.

Con el tiempo ha quedado claro que no todo lo que llega por Internet es verdadero. Muchos de los mensajes son falsos o están obsoletos, y muchos incluso pueden causar daños de diversa consideración en los ordenadores.

Es cierto que algunas de las alertas por virus o campañas de solidaridad son verdaderas, pero ante el enorme flujo de información que circula en la red, cada vez resulta más difícil distinguirlas de las falsas.

Los cibernautas que promueven un mejor uso de Internet aconsejan que lo mejor para determinar si la información sobre un virus es cierta, es copiar el nombre del supuesto virus, ir a la página de cualquier empresa de antivirus, buscar el lugar donde dan información sobre nuevos virus e informarse, con la tranquilidad de saber que si se trata de algo dañino la página nos informará. Otra opción es afiliarse a los múltiples boletines de empresas que informan acerca de las novedades en este campo.

Respecto de las campañas de solidaridad que no son ciertas resultan más éticamente reprobables porque perjudican a todas aquellas que sí fueron creadas con fines loables. Reconocer las que son verdaderas es difícil, pero existen características que las hacen más veraces como aquellas que remiten a una página web donde se amplía información, o las que contengan fechas de finalización de campaña, o las que tienen el respaldo de alguna institución que promueva distintas acciones sociales, o simplemente las que no hacen ninguna advertencia-amenaza relacionada con re-enviar el mensaje. Ante cualquier duda, lo más seguro para el internauta es visitar las páginas web de instituciones preocupadas por el tema.

La principal característica de los FWD es que no tienen firma, es decir, son de autor desconocido. Algunos invocan grandes compañías, piden que se re-envíe el mensaje o amenazan con grandes calamidades… y ¿qué buscan? Algunos, congestionar los servidores; otros, esparcir virus reales; otros buscan listados de direcciones de correo electrónico, y algunos, incluso, piden borrar archivos que son básicos para el sistema, aludiendo que se trata de virus que han llegado al disco duro.

Un ejemplo claro de cómo un mensaje real quedó desfasado y aún sigue corriendo por la red es el siguiente: «El congreso de Brasil está votando actualmente un proyecto de Ley que reduciría el bosque Amazónico al 50% de su tamaño. El área que será deforestada es cuatro veces el tamaño de Portugal…». Desde mayo de 2000, este mensaje ha recorrido el mundo entero en busca de firmantes para detener un despiadado proyecto de depredación forestal en Brasil. De forward en forward, el mensaje –originalmente escrito en portugués– ha sido traducido al castellano, inglés, francés, alemán, checo, griego y chino. Pero como muchas de las campañas que circulan por la Red, esta llamada SE HA QUEDADO OBSOLETA.

Después de rastrear algunas pistas, descubrimos que el mensaje fue redactado –supuestamente- en Río de Janeiro, a fines de mayo del año 2000, por una persona llamada Fernanda De Souza Saviolo, en un intento por llamar la atención del mundo ante el mencionado proyecto (que efectivamente en aquel tiempo se estaba discutiendo en el Parlamento brasileño), pero que No llegó a aprobarse.

Definitivamente las “cadenas” no desaparecerán de nuestras bandejas de entrada, en consecuencia si deseamos caer en este juego, movidos por alguna campaña de solidaridad en beneficio de alguien o movidos por el morbo al recibir las fotos de la Miss UCV en intimidad con su pareja, pensemos primero en que dichos mensajes en lugar de entretenernos y aprovechar al máximo el internet en cosas positivas, pueden dañar además de nuestros ordenadores por algún virus oculto, nuestra tranquilidad y bienestar de cibernautas.

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