Cómplices al rescate...



Aproximadamente a las 6 de la mañana el “Doc” fue conducido a la sede de la DIROES (Dirección de Operaciones Especiales), se mostraba ansioso, pero sonriente, pues iba al reencuentro con su cómplice y fiel amigo permanecen unidos hasta que el “juicio los separe”. Todos los peruanos estaban expectantes ante tan importante hecho, pues por fin llegaría el momento de la confrontación lo que particularmente considero fue un circo barato.

Llegó su hora…

Parlanchín, emocionado y nervioso; así fue como se presentó el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos ante la primera sala penal, en la sede de la DIROES, luciendo un terno muy elegante, pues la corbata azul hacía juego con su solapa, tanta elegancia para una ocasión tan importante, o ¿inconveniente quizás? Ocasión, en la que el “Doc” iba a limpiar de polvo y paja al ex Presidente, pues las opciones no eran muchas; o defendía al acusado, o se convertía en testigo de cargo, ratificando aquellas declaraciones públicas en las que lo llamó cobarde y le increpó su falta de hombría para asumir la consecuencia de sus actos.
Sin embargo, sorprendentemente el ex asesor proclamó la inocencia de su “uña y mugre” pronunciando: “He venido para esclarecer que el presidente Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso”, lo que hacía prever que todo estaba arreglado y que cada de una de sus respuestas estaban previstas para defender al chino.

Estupenda actuación

Durante los primeros minutos Montesinos hablaba tartamudeando, aunque bastante convincente al negarse declarar sobre las personas que trabajaron en el SIN (Sistema de Inteligencia Nacional) Montesinos “alegó que está prohibido por ley revelar conversaciones sostenidas con Fujimori afirmando que es un abogado y tiene que guardar el secreto profesional, y que el ingeniero no tuvo nada que ver”, ¿muy conveniente verdad? Es así que entre sonrisitas y guiños entre el acusado y el ex asesor pretendían esconder su culpa cuando llegó el momento de responder por los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos. De ésta manera los íntimos amigos hicieron de las suyas, una vez más se burlaron de los fiscales, jueces y de todo un país que solo clama justicia para todas aquellas víctimas de un gobierno despótico que por conseguir dinero y poder ocasionaron mucho daño a la población peruana.
Con el coraje y astucia que caracteriza al “Doc” solo le faltó llamar guapo al ex presidente. A cada frase halagüeña le seguía una mirada risueña de “tú sabes por qué lo digo” que era respondida con la sonrisa encandilada de su cómplice ex dictador.
Absorbido por la ansiedad, el ex asesor hablaba más de la cuenta, lo cual ocasionaba la preocupación de su abogada, Estela Valdivia, quien en cada momento se le acercaba tratando de frenar sus palabras. Pudimos escuchar varias veces que él respondía “Ya, ahí paramos”. Pero ya había dicho cosas interesantes tales como el hecho de haber gozado una “baja ficticia”; es decir que acompañaba a Fujimori desde las cinco de la mañana en el Círculo Militar durante el período de la segunda vuelta electoral de 1990; y de la sugerencia que hizo para nombrar Ministro de Defensa a su ex instructor el Crnl. Rafael Córdova sin importarle que fuera un delito.
Negó lo que todos sabíamos que iba a negar, negó acusaciones a los representantes de la Fiscalía y a generales, se burló de políticos como el ex vicepresidente Máximo San Román (como que le preparaba el desayuno a Fujimori, y no estaba preparado para más”); reveló secretos de Inteligencia (”Plan Motel” de Velasco), para luego escudarse en un llamado protocolo de la misma para no responder a las preguntas del fiscal José Antonio Peláez, al presentarse la situación se mostró impertinente e impecable en su dominio de escénico.

El súper yo

Montesinos ratificó una vez más su personalidad delirante al intentar demostrar una inteligencia superior recitando nombres, fechas y acontecimientos históricos irrelevantes, intentando de ponerse a la altura de personajes de importancia mundial de la inteligencia y el espionaje. Resulta hasta gracioso que EL Doc se asigne una importancia y una capacidad de la que carece. Si estuvo acostumbrado a ser el hombre fuerte de un régimen cuyo presidente le delegó y permitió poderes magnánimos, fue evidente que no podía controlar la ira que le producía estar sentado en un escenario en el que otros tenían el control y el poder. Ello explica la agresividad con la que respondió al interrogatorio del fiscal, la que, pese al consejo de su abogada, le fue imposible reprimir.
Parece que aún no ha tomado conciencia de que ya no es el “Doc” todopoderoso que seduce y se impone a Fiscales de la Nación o magistrados de la Corte Suprema, sino un simple reo caído en desgracia por las evidencias que lo hacen responsable de graves delitos y en realidad para hacer lo que hizo en el transcurso de la semana era lo previsible como una estrategia de supervivencia ante la difícil situación en que se encuentran ambos personajes.

¿Qué piensan al respecto?

Pues, el pueblo peruano es inteligente y sabio, puede darse cuenta cuando pretenden engañarlos y es innegable que existe un sector de la población identificada con sus políticas de gobierno. Según dicen, “Fujimori, fue el salvador del país”. Claro fue un mérito que logró, pero a costa de muchas vidas humanas en una guerra interna que causó mucho dolor y secuelas que aún no se han borrado de nuestros corazones.

Hora de la retirada

Era la 1 de la tarde y la audiencia finalizó más de dos horas de interrogatorio en el que Montesinos dio por concluida su intervención y no precisamente por ser hora de almuerzo sino para expresar lo siguiente: “No voy a contestar ninguna otra pregunta” no, no y no. ¿Y quien se creerá que es?, si está en la obligación de brindar sus declaraciones para el esclarecimiento del caso y así hacer justicia por todos los peruanos que sufrieron en carne propia el abuso del gobierno del chino y su compinche.
No se logró absolutamente nada, en un juicio poco riguroso pero que al final los delitos que estos compinches cometieron no quedará impune pues la Justicia y la Historia los juzgarán.

Por último, más allá de los resultados de un juicio que puede durar meses, y tal vez años, está el futuro de la sociedad peruana, de su incipiente democracia, de los movimientos y organizaciones sociales que provocaron la caída de la dictadura. Cualquiera que haya conocido el Perú de los 80`s y recorra hoy las calles del país de 2008, notará cambios importantes. El Perú es un país diferente; donde existen cambios sociales y culturales. Prueba de ello son las barriadas de la periferia de Lima, que congregan a más de cinco millones de habitantes. Ese es el otro país, el de los excluidos, donde los pobres tienen siempre la piel más oscura.

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