El Padre y el desarrollo emocional de sus hijos




En la cultura occidental hay una especie de culto a la maternidad que opaca y disminuye la función del padre en la formación de sus hijos. Esta tendencia es transmitida a muchos varones, que inconscientemente piensan que la formación afectiva y emocional es cosa de mujeres y no de hombres. Sin embargo, abundan estudios que prueban que la ausencia del padre, produce una cantidad de disfunciones en el desarrollo emocional de los menores.

Personalmente creo que sí, un padre ayuda a equilibrar adecuadamente la función de desarrollo emocional y afectivo de sus hijos, si el padre y madre no colaboran conjuntamente en la formación de sus pequeños, el resultado a largo plazo es inferior a lo que debería ser.

La mayoría de varones cuando llegan a ser padres, ciertamente se alegran por la llegada de sus hijos. Sin embargo asumen un rol exclusivamente de proveedores, ya no expresan afecto ni se ocupan del desarrollo afectivo y emocional de sus niños. Muchos, simplemente porque no aprendieron a expresar sus propios emociones; otros tantos porque se quedaron congelados en los estereotipos que enseñan que los varones no deben expresar sus emociones, al menos no como lo hacen las mujeres.

Muchos padres actúan como si sus hijos debieran ganarse su amor. Exigen buenas calificaciones, obediencia, buena conducta. Sin embargo, no están dispuestos a expresarles cariño incondicional. Todos los niños necesitan saber que su padre los aman incondicionalmente.

Algunas culturas son expresivas por naturaleza y en ellas no se desarrollan los problemas emocionales de otras culturas. Por ejemplo, el índice de suicidios entre adolescentes es infinitamente más bajo en Italia, donde abrazar y besar a los hijos es algo que surge naturalmente en los padres (varones y mujeres), a diferencia de Japón, donde la formalidad hace que los padres casi nunca expresen verbal y físicamente lo que sienten.

Los hijos no solo necesitan el abrazo cariñoso de una madre; también necesitan el afecto de un padre que sea capaz de decir, sin tapujos, ni cohibiciones: “Te amo”
Un hijo criado, por un padre amoroso, que expresa constantemente lo importante y lo valioso que son sus hijos para él, desarrollan un bagaje de seguridad emocional que los protege del temor a enfrentarse a situaciones difíciles.
Expresar lo que se siente en ningún caso rebaja a la persona humana. Por el contrario, la engrandece.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More