http://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/173175.montesinos-defiende-a-fujimori-durante-juicio.html
Vladimiro entró como quien se conoce el lugar porque es primo del dueño. En la sala penal más de uno esperaba ansioso a que se iniciara esa ronda de preguntas y respuestas que prometía ser acalorada. Las apuestas corrían. Estela Valdivia daba doble contra sencillo con el fiscal porque Vladi no respondería nada de nada.
Iba todo orondo, como en sus mejores días. Terno negro impecable, corbata azul y pañuelo de seda igual. Quien no lo conociera diría que se trata de un abogado que entra a ejercer su profesión. Claro, ser reo no es una profesión, pero hay que reconocer que Montesinos le daba ese garbo inusitado que inauguraba la nueva moda de los miembros del staff de San Jorge.
Nuestra sorpresa se desvió un momento, mientras Montesinos se acomodaba en el sitio desde el que debía declarar, para centrarse en la figura del fiscal Peláez, cuyas diferencias de estilo, carácter y tenacidad con respecto a Avelino Guillén, se vieron evidenciadas. Digamos que el nuevo fiscal, lejos de intimidar al testigo para obligarle a hablar según una táctica de comunicación muy vieja, se limitó a observarlo brevemente. Yo juraría que le tuvo miedo. Que se orinó.
¿Usted sirvió en el Ejército Peruano? Precíseme el espacio temporal. ¡Limítese a responder a la pregunta! No responderé nada relacionado con 1991 hacia atrás ni del año ‘92 para adelante. O sea, que sólo hablaría de lo que le viniera en gana. Y si ninguna pregunta le gustaba, mismo comediante en una publicidad de cerveza, exclamaría ¡no pasa! Lo más chistoso era que el mismo presidente del tribunal se mostraba incapaz para poner orden al barullo que originaba el ex asesor, quien, lejos de bajar su tono de voz, lo alzaba más y ya se disponía a agitar los brazos con violencia, pero le ganaban los gestos y las miradas furiosas.
Sin embargo, se dio tiempo para mostrar que aún los tipos duros como él guardaban en el fondo de su alma mucha dulzura. La mostró en un jugueteo sensual y al mismo tiempo tierno de miradas que mantuvo con su ex patrón. A punto del orgasmo, manifestó que el señor ex presidente no tiene responsabilidad alguna de los cargos que se le imputan. El juicio era un completo absurdo, ¿cómo juzgar a alguien que se vale de los mecanismos que el mismo estado dispone para hacer prevalecer sus razones?
Atrás quedaron esas palabras que señalaban a San Román como un mediocre cocinero y abnegado sirviente. El doc seguía hablando, aunque sólo por un rato más. Mi abuela solía decir que lo que mal empieza, pues, no acaba mejor. Y tan abruptamente como se inició esta función circense, se interrumpió. El testigo se acogió a los beneficios que la ley dispone antes de un interrogatorio. Es decir que la acción era inoperante en aquella circunstancia. Pero tanto Peláez como el juez prefirieron pasarse tan grueso lúpulo, antes que el dr. César Nakazaki terminara de protestar porque temía que tan polémicas declaraciones, que eran beneficiosas para su defendido, fueran anuladas.
Luego, todos se fueron a bailar al ritmo del Chino.
Luz Merly y el videoclip de "Por un mañana mejor"
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La cantante peruana Luz Merly nos entrega una canción llena de esperanza y
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