La Invasión de lo Urbano




Durante la primera década de mi vida, viví rodeada de sembradíos de tomate, choclo, sandia, zapallo. Sembrados según su temporada. Mi hogar es una de las poquísimas casas antiguas. Estaba cercada por una variedad de plantas frutales que cuando el fruto tomaba color, yo era la primera que se deleitaba. No faltaban plantas aromáticas como el anís y la menta. Otras de fuerte aroma como en el caso de hierba buena y ruda.

Los árboles altos y frondosos se ubicaban al poniente del sol. Sus troncos de fuertes brazos, un mar verde como cabellera. Me colgaba de sus extendidos brazos. Contemplaba desde lo alto un hermoso paisaje. Mis recuerdos están vivos, aún siento la calidez cuando al recostarme lo sentía. Dormía largas horas. Es extraño. Pero mi sueño era más placentero.
No existía la luz eléctrica. Aunque un pequeño televisor sí. Se mantuvo en su misma posición por muchos años. Las flores adornaban dándole un brillo especial a cada ángulo de mi casa. Los pajarillos endulzaban cada mañana. No existía el ruido al igual que la luz eléctrica. Solo se oía, el viento soplar, pero muy suave y cálido.

Las hojas se mecían aceptando el vaivén., el cielo se mostraba limpio y luminoso, despejado y azul. Pero luego el paisaje perdió su encanto. Quedó enterrado bajo el cemento y el asfalto. Grandes terrenos de siembra hoy son ocupados por viviendas, grandes y atrayentes edificios, tiendas comerciales, carreteras, que dan lugar a la urbanización San Isidro. Ahora el aire es de mala calidad.

Afectando no solo afecta a los pulmones, si no también otros órganos del cuerpo se ven dañados. El efecto persistente de la contaminación del aire respirado, en un proceso silencioso de años, conduce finalmente al desarrollo de afecciones cardiovasculares como el infarto, al inspirar partículas ambientales con un diámetro de 2,5 micrómetros, ingresan a las vías respiratorias irritando las paredes arteriales.

Para el Dr. Carlos Sánchez, médico neumólogo: “En los últimos años se registraron más casos de pacientes con asma y con enfermedades cardiovasculares debido a la contaminación ambiental. La contaminación ambiental afecta la salud cardiovascular, principalmente por un mecanismo en el cual la inhalación de material particulado eleva la viscosidad de la sangre incrementando el riesgo de la formación de trombos (coágulos) y de esta manera la posibilidad de un infarto. Hoy la contaminación en las grandes ciudades afecta mas al corazón de las personas que a los pulmones, cuanto más pequeños son estos fragmentos microscópicos, más peligrosos son para la salud, ya que pueden atravesar los alvéolos y pasar al torrente circulatorio”.

Los árboles debido a su tamaño, forma, color, cambios estacionales e importancia en el paisaje, son el elemento vivo más visible y por lo tanto más preciado. La falta de árboles y de espacios verdes, es solo un aspecto de la situación ambiental frecuentemente desastrosas de muchas de estas nuevas zonas urbanas.

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