LA LABOR ARRIESGADA DE LOS PERIODISTAS


El tratar de una columna de opinión sobre el territorio Comanche escribiría acerca de los reporteros, pues hay que tener una pasta especial de valentía y coraje para ir a cubrir una información de una guerra, para serles sincera no sería capaz de ser reportera de guerra por el miedo inmenso que tendría al ver volar sobre mi cabeza balas, granadas y misiles que acompañan cada día hasta el termino de la guerra, y el pavor que tendría al caminar por las calles de la ciudad y ver cadáveres que se encuentran tirados muchos de ellos mutilados y estar preguntándose ¿por qué existen las benditas guerras?.


Esto nos muestra que toda guerra tiene una pequeña verdad y una gran mentira que esconder, guerras que son provocadas por factores ya sean políticos, religiosos o sociales, guerras frías que no les importa que mueran miles de inocentes con tal de conseguir su propósito normalmente económico.


Una guerra en la que dos bandos distintos empiezan a pegarse de tiros uno al otro, sin importarles quien se cruce por allí, cuidadnos con familias corriendo por todas partes, muertos de miedo tratando de buscar un escondite para que no puedan ser alcanzados por la balas, granadas.


Una guerra que es cubierta por dos grandes y valientes reporteros que viven día a día con cámara en mano como si fueran sus armas para empezar a disparar y matar, corriendo por las calles de la ciudad tratando de conseguir una buena toma impresionante para que sean transmitida por los medios y vistas por miles de personas alrededor del mundo.
Reporteros que arriesgan su vida cuidándose ellos mismos sin que nadie más cuiden de ellos, corresponsales que terminan muy quemados, mucos de ellos tocados ante tanto salvajismo que a diario se vive en una guerra.


Periodistas que cubren detalle a detalle los acontecimientos de la guerra y que están ala espera de volcaduras de puentes, edificios, y que debido a los escenario pues quedan impresionados y horrorizados por los actos violentos que se vive en una guerra, como también están a la espera absurda y casi burlona de la muerte para realizar una descripción detallada y casi morbosa que se desarrolla en el lugar de los hechos.


Actos que presenció el reportero Márquez esto lo hacia una persona insensible sin sentimientos que le gustaba la destrucción e el genocidio, o era talvez el alma madura de un hombre que había visto y presenciado sólo calamidades en su largo oficio como periodista.
Sería muy difícil filmar un impacto de una bala o bomba por lo que no se sabe exactamente donde va a caer si a lado tuyo o al de tu compañero, pues en una guerra es difícil saber si vas a durar hasta el final o terminas en la mitad de ella.


Uno se pregunta ¿Cómo un periodista que arriesga su pellejo ha podido salir con vida de los quintos infiernos que se vive en una guerra? Y para esto sólo Dios tiene la respuesta.
Si para ejercer el periodismo es un oficio peligroso aún en circunstancias normales, por qué no hablar entonces de aquellos colegas que lo han tenido que vivir y practicar en las más penosas y dramáticas condiciones. De hecho en decenas de aventurados reporteros de todo el mundo quienes han caído abatidos en el fuego de la guerra, han sido victimas mortales de la actitud que toma mucha gente en esos momentos como correr el riesgo de ser secuestrados y maltratados.
No cabe duda que ser periodistas sea ha convertido en una de las profesiones más arriesgadas del planeta quizá la aseveración aparente exagerada, pero lo cierto es que ser periodista hoy implica riesgo de perseguir famosos del mundo del espectáculo, correr tras una foto para que sea publicada en la revista, periodista también significa riesgo de muerte, sobre todo cuando se cubre información en lugares de conflictos bélico, donde estos hombres y mujeres de paz, con irrefrenables ansias de vivir y compartir, acaban siendo devorados por una realidad en la que participan como narradores de la historia.


Por tanto el Territorio Comanche es un relato corto pero bien estructurado, una historia bien narrada en la que cede como protagonistas a los periodistas Márquez (camarógrafo) y Barles (reportero), ambos compañeros de guerra en la ex Yugoslavia que fueron enviados por la TV española y que representaron la dicotomía tanto física como espiritual quienes luego terminaron contando sus anécdotas en el tiempo que pasaron en la guerra.
Así mismo por la destacada labor que desde hace dos años vienes desempeñando los periodistas corresponsales, no se detienen a pensar en sus propios logros, pues su vocación lo lleva trabajar cada día, poniendo lo mejor de su capacidad y conocimiento para mantener a su publico, televidente, radioescucha o a sus lectores, bien informados de todos los acontecimientos local, nacional, e internacional. Se les podrían considerar verdaderos héroes que por amor a su carrera no les importa arriesgar la vida corriendo el riesgo de ser asesinados.

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