Toda puesta en escena se realiza en un determinado espacio y tiempo, ante un número de espectadores y ciertas veces también frente a cámaras.
La muy esperada función estaba prevista para este lunes 30 de junio a las 9 de la mañana pero se inició cuarenta minutos después, y el gran escenario fue la sede judicial de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes), en Ate Vitarte, donde desde el 10 de diciembre del año pasado se viene realizando el juicio al ex presidente Alberto Fujimori .Esta es la setenta y sieteava audiencia y el invitado de honor: Vladimiro Montesinos Torres, ex asesor del acusado.
La curiosidad me invade, enciendo el televisor y comienza la tan anunciada función...
Un elegante traje oscuro, el pañuelo en el bolsillo de sus presentaciones públicas de finales de los noventa, gafas, corbata azul y un maletín en mano formaron parte del vestuario de Montesinos. De forma muy educada saludó a la sala, al acusado que no veía hace ocho años, y se dirigió a su lugar.
Y como quien aprende bien su libreto se mostró dispuesto a iniciar la función, no sin antes probar el micrófono y dejar en claro el por qué de su presencia:
“ Yo he venido para cumplir y esclarecer que el señor Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso.Ni el ingeniero Fujimori ni quien habla tienen responsabilidad en estos hechos" (aquí pone en manifiesto también su autoexculpación)
Fujimori es procesado por dos casos de violación a los derechos humanos: las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas; así como, el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.
Aunque desde un principio aclaró que contestaría en la medida que estime pertinente, poco a poco, Vladimiro comenzó a mostrarse altanero y desafiante, intentando imponer sus reglas de juego: habló cuando se le antojó, levantó la voz, y puso en claro ante la sala sobre qué espacio de tiempo y por ende de qué temas no iba a tratar; “no voy a responder sobre hechos ocurridos antes de 1991 y después de 1992 por no ser materia de este proceso.”
Un indicio de lo que sería su decisión final fue lo siguiente:
“Es mi derecho contestar lo que yo estime pertinente, nadie me va a parametrar que es lo que yo voy a contestar a las interrogantes del señor fiscal, él me dice y yo le contesto lo que estime pertinente…ese es mi derecho”
Así, durante toda la esperada presentación contestó lo que le convenía; en suma, hizo lo que quiso durante la audiencia, como levantar acusaciones y desprestigiar a un sin número de personajes como al ex Vicepresidente Máximo San Román:
-Fiscal: “Cuando el acusado Fujimori se encontraba residiendo en el Círculo militar, ¿alguien dispuso se restringieran las visitas?”
-Montesinos: “visitas, ¿de quién señor?”
-Fiscal: “de diferentes personas podrían ser sus vicepresidentes por ejemplo “(abriendo
su botella de agua mineral)
-Montesinos: “El señor San Román entraba todos los días allí incluso cuando llegaba conmigo empezaba cortar el salame y era el que se encargaba de repartir el café, esa era la tarea del señor San Román, porque su cerebro no le daba para más”
Esto último provocó un sin número de risas por parte de los espectadores; pero, sobretodo de la persona que más disfrutaba de la actuación de Montesinos, Alberto Fujimori, quien estaba a tres metros de distancia en una silla ubicada frente al Tribunal, mostrándose más despierto que en las audiencias anteriores.
-Fiscal: “¿Esa era la tarea de Sr. San Román?, ¿quién se la asignó?”
-Montesinos: “Él solo se la asignó.”
En este punto el presidente de la sala, el vocal César San Martín, pidió que no se traten estos temas, pues los calificó de menores para la audiencia.
Durante su declaración, el ex asesor puso en evidencia su pretensión de mostrar las virtudes del acusado: “el alto criterio de Fujimori”, “la sensibilidad del presidente Fujimori”, ” con una estrategia bien definida”, “de memoria elefantiásica”.Cada una de estas frases eran agradecidas con sonrisas y guiños por parte del ex Presidente, de quien dijo él sólo era su subordinado.
También hubo el espacio educativo en esta gran función donde el mensaje final tal vez sea que Vladimiro llegó a “ilustrar” (en términos de Vladimiro) al Fiscal.
Vladimiro demostró una memoria excepcional al recordar la relación de autores de libros, fechas, políticos norteamericanos y episodios de la política peruana.
Así mismo de temas referidos a la Lengua como el significado de la palabra “colombroño”:
-Vladimiro: “…Él y yo éramos colombroños”
-Fiscal: “¿Que significa eso?”
-Vladimiro: “Para ilustrarlo… colombroños son dos personas que tienen el mismo apellido pero que no son familiares”
El escudo de Montesinos fue negar varios hechos, como el apoyo del SIN a la candidatura de Fujimori en 1990. Sin embargo, reconoció su participación en el nombramiento de varios funcionarios militares al inicio del régimen. En el caso del Fiscal Guillén insistió en la acusación hecha en la primera parte de la audiencia, indicando que su intervención fue por “razones de Estado” y que la resolución habría sido hecha tres días antes del golpe del 3 de abril.
De esto deriva la siguiente pregunta del fiscal:
-Fiscal: “Quiere usted decir que por razones de estado se pueden cometer delitos”
-Vladimiro: “sí... (…)sí”
Y después de cuatros horas, cuando el acto había reunido a un sin número de espectadores, tanto internacionales como nacionales:
-"Ya no voy a declarar más .Es mi obligación declarar en mi causa propia".
Vladimiro Montesinos decidió no declarar más hasta que no finalizará el proceso que enfrenta ante otro tribunal por los mismos delitos de lesa humanidad por los que está siendo juzgado Fujimori. En esta función el Tribunal había citado como testigo alterno al ex comandante general de las Fuerzas Armadas, general Pedro Villanueva Valdivia; sin embargo, se le agradeció su asistencia ante la aparente posibilidad de que Montesinos continúe contestando el interrogatorio.
Y como quien acaba su actuación, se quito el vestuario y se dirigió a la Base Naval del Callao donde cumple una sentencia de 20 años de prisión por tráfico de armas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Fue llevado en helicóptero, como toda una estrella, con un gran despliegue de seguridad.
Así terminó la puesta en escena de Vladimiro Montesinos Torres, cuando quiso y conforme quiso. Como sostuve, este actor parece haber aprendido bien su libreto y finalmente él fue su propio director, pues tenía diseñado cada movimiento, cada gesto y un singular coqueteo que no hacían más que poner en evidencia su aún complicidad con Alberto Fujimori.
La muy esperada función estaba prevista para este lunes 30 de junio a las 9 de la mañana pero se inició cuarenta minutos después, y el gran escenario fue la sede judicial de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes), en Ate Vitarte, donde desde el 10 de diciembre del año pasado se viene realizando el juicio al ex presidente Alberto Fujimori .Esta es la setenta y sieteava audiencia y el invitado de honor: Vladimiro Montesinos Torres, ex asesor del acusado.
La curiosidad me invade, enciendo el televisor y comienza la tan anunciada función...
Un elegante traje oscuro, el pañuelo en el bolsillo de sus presentaciones públicas de finales de los noventa, gafas, corbata azul y un maletín en mano formaron parte del vestuario de Montesinos. De forma muy educada saludó a la sala, al acusado que no veía hace ocho años, y se dirigió a su lugar.
Y como quien aprende bien su libreto se mostró dispuesto a iniciar la función, no sin antes probar el micrófono y dejar en claro el por qué de su presencia:
“ Yo he venido para cumplir y esclarecer que el señor Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso.Ni el ingeniero Fujimori ni quien habla tienen responsabilidad en estos hechos" (aquí pone en manifiesto también su autoexculpación)
Fujimori es procesado por dos casos de violación a los derechos humanos: las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas; así como, el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.
Aunque desde un principio aclaró que contestaría en la medida que estime pertinente, poco a poco, Vladimiro comenzó a mostrarse altanero y desafiante, intentando imponer sus reglas de juego: habló cuando se le antojó, levantó la voz, y puso en claro ante la sala sobre qué espacio de tiempo y por ende de qué temas no iba a tratar; “no voy a responder sobre hechos ocurridos antes de 1991 y después de 1992 por no ser materia de este proceso.”
Un indicio de lo que sería su decisión final fue lo siguiente:
“Es mi derecho contestar lo que yo estime pertinente, nadie me va a parametrar que es lo que yo voy a contestar a las interrogantes del señor fiscal, él me dice y yo le contesto lo que estime pertinente…ese es mi derecho”

Así, durante toda la esperada presentación contestó lo que le convenía; en suma, hizo lo que quiso durante la audiencia, como levantar acusaciones y desprestigiar a un sin número de personajes como al ex Vicepresidente Máximo San Román:
-Fiscal: “Cuando el acusado Fujimori se encontraba residiendo en el Círculo militar, ¿alguien dispuso se restringieran las visitas?”
-Montesinos: “visitas, ¿de quién señor?”
-Fiscal: “de diferentes personas podrían ser sus vicepresidentes por ejemplo “(abriendo
su botella de agua mineral)
-Montesinos: “El señor San Román entraba todos los días allí incluso cuando llegaba conmigo empezaba cortar el salame y era el que se encargaba de repartir el café, esa era la tarea del señor San Román, porque su cerebro no le daba para más”
Esto último provocó un sin número de risas por parte de los espectadores; pero, sobretodo de la persona que más disfrutaba de la actuación de Montesinos, Alberto Fujimori, quien estaba a tres metros de distancia en una silla ubicada frente al Tribunal, mostrándose más despierto que en las audiencias anteriores.
-Fiscal: “¿Esa era la tarea de Sr. San Román?, ¿quién se la asignó?”
-Montesinos: “Él solo se la asignó.”
En este punto el presidente de la sala, el vocal César San Martín, pidió que no se traten estos temas, pues los calificó de menores para la audiencia.
Durante su declaración, el ex asesor puso en evidencia su pretensión de mostrar las virtudes del acusado: “el alto criterio de Fujimori”, “la sensibilidad del presidente Fujimori”, ” con una estrategia bien definida”, “de memoria elefantiásica”.Cada una de estas frases eran agradecidas con sonrisas y guiños por parte del ex Presidente, de quien dijo él sólo era su subordinado.
También hubo el espacio educativo en esta gran función donde el mensaje final tal vez sea que Vladimiro llegó a “ilustrar” (en términos de Vladimiro) al Fiscal.
Vladimiro demostró una memoria excepcional al recordar la relación de autores de libros, fechas, políticos norteamericanos y episodios de la política peruana.
Así mismo de temas referidos a la Lengua como el significado de la palabra “colombroño”:
-Vladimiro: “…Él y yo éramos colombroños”
-Fiscal: “¿Que significa eso?”
-Vladimiro: “Para ilustrarlo… colombroños son dos personas que tienen el mismo apellido pero que no son familiares”
El escudo de Montesinos fue negar varios hechos, como el apoyo del SIN a la candidatura de Fujimori en 1990. Sin embargo, reconoció su participación en el nombramiento de varios funcionarios militares al inicio del régimen. En el caso del Fiscal Guillén insistió en la acusación hecha en la primera parte de la audiencia, indicando que su intervención fue por “razones de Estado” y que la resolución habría sido hecha tres días antes del golpe del 3 de abril.
De esto deriva la siguiente pregunta del fiscal:
-Fiscal: “Quiere usted decir que por razones de estado se pueden cometer delitos”
-Vladimiro: “sí... (…)sí”
Y después de cuatros horas, cuando el acto había reunido a un sin número de espectadores, tanto internacionales como nacionales:
-"Ya no voy a declarar más .Es mi obligación declarar en mi causa propia".
Vladimiro Montesinos decidió no declarar más hasta que no finalizará el proceso que enfrenta ante otro tribunal por los mismos delitos de lesa humanidad por los que está siendo juzgado Fujimori. En esta función el Tribunal había citado como testigo alterno al ex comandante general de las Fuerzas Armadas, general Pedro Villanueva Valdivia; sin embargo, se le agradeció su asistencia ante la aparente posibilidad de que Montesinos continúe contestando el interrogatorio.
Y como quien acaba su actuación, se quito el vestuario y se dirigió a la Base Naval del Callao donde cumple una sentencia de 20 años de prisión por tráfico de armas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Fue llevado en helicóptero, como toda una estrella, con un gran despliegue de seguridad.
Así terminó la puesta en escena de Vladimiro Montesinos Torres, cuando quiso y conforme quiso. Como sostuve, este actor parece haber aprendido bien su libreto y finalmente él fue su propio director, pues tenía diseñado cada movimiento, cada gesto y un singular coqueteo que no hacían más que poner en evidencia su aún complicidad con Alberto Fujimori.
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