“Territorio Comanche” de Pérez Reverte nos muestra a los actores olvidados de una guerra: los periodistas

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A lo largo de su carrera como periodista de guerra, el escritor español, Arturo Pérez Reverte ha cubierto innumerables conflictos en los cinco continentes, incluso en Eritrea, donde estuvo desaparecido varios meses, logrando sobrevivir tras hacer uso de las armas. Es con este material que ha logrado delinear una novela original y sobrecogedora, pues la narración se hace desde la, ¿Qué piensan? ¿Qué sienten? ¿Qué anhelan? Son respuestas que uno lograr descifrar en “Territorio Comanche”.
Por razones de espacio analizaremos sólo el capítulo primero de la obra en cuestión. Aquí se delinea en pocas páginas la temática de la novela y la óptica desde que el autor desea que conozcamos una guerra. Sin duda se han publicado incontables novelas cuya temática gira en torno a un conflicto armado. Precisamente allí estriba la originalidad de Pérez Reverte, pues “Territorio Comanche” no es una novela bélica más, sino que el autor enfoca el conflicto entre serbios y croatas desde la visión de dos periodistas trajinados: Márquez y Barlés.
¿Qué puede significar para dos periodistas de guerra ver un cadáver, un hombre mutilado, un niño huérfano?. Es como cuando entras en una habitación pestilente y tu primera reacción es de rechazo, sin embargo al cabo de unos minutos, si te has visto forzado a quedarte, habrás descubierto que el hedor inicial “ha desparecido”, en realidad lo que pasó fue que te “acostumbraste” a ese olor desagradable. Parece que este fenómeno fisiológico es análogo al fenómeno afectivo por el cual nos volvemos insensibles ante una desgracia. La televisión nos bombardea con tantas y tan crudas imágenes de las nefastas consecuencias de un conflicto armado que al cabo de unos días se nos vuelve un hecho normal.

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A lo largo de su carrera como periodista de guerra, el escritor español, Arturo Pérez Reverte ha cubierto innumerables conflictos en los cinco continentes, incluso en Eritrea, donde estuvo desaparecido varios meses, logrando sobrevivir tras hacer uso de las armas. Es con este material que ha logrado delinear una novela original y sobrecogedora, pues la narración se hace desde la, ¿Qué piensan? ¿Qué sienten? ¿Qué anhelan? Son respuestas que uno lograr descifrar en “Territorio Comanche”.
Por razones de espacio analizaremos sólo el capítulo primero de la obra en cuestión. Aquí se delinea en pocas páginas la temática de la novela y la óptica desde que el autor desea que conozcamos una guerra. Sin duda se han publicado incontables novelas cuya temática gira en torno a un conflicto armado. Precisamente allí estriba la originalidad de Pérez Reverte, pues “Territorio Comanche” no es una novela bélica más, sino que el autor enfoca el conflicto entre serbios y croatas desde la visión de dos periodistas trajinados: Márquez y Barlés.
¿Qué puede significar para dos periodistas de guerra ver un cadáver, un hombre mutilado, un niño huérfano?. Es como cuando entras en una habitación pestilente y tu primera reacción es de rechazo, sin embargo al cabo de unos minutos, si te has visto forzado a quedarte, habrás descubierto que el hedor inicial “ha desparecido”, en realidad lo que pasó fue que te “acostumbraste” a ese olor desagradable. Parece que este fenómeno fisiológico es análogo al fenómeno afectivo por el cual nos volvemos insensibles ante una desgracia. La televisión nos bombardea con tantas y tan crudas imágenes de las nefastas consecuencias de un conflicto armado que al cabo de unos días se nos vuelve un hecho normal.
Si para el televidente la guerra se convierte en una noticia más, para quienes cubren el hecho; es decir para quienes se enfrentan cara a cara con las víctimas de un conflicto, existen dos caminos: la insensibilidad o la locura.
“... la mirada distante, perdida, de aquellos a quienes ya da igual ir hacia delante que hacia atrás”, esta frase da cuenta de lo terrible de una guerra, quienes sobreviven sólo lo hacen físicamente. Moralmente están destruidos, la motivación ha desaparecido por completo. Si bien en este fragmento se hace alusión a un soldado, puede perfectamente ser también una confesión del propio cronista, a quien le da lo mismo cubrir un conflicto en el Medio Oriente que en Sudamérica. Este es el camino de la insensibilidad.
“A medida que las guerras se hacen largas y a la gente se le pudre el alma, los periodistas caen menos simpáticos..., te conviertes en testigo molesto”. Esta frase delata ese inconformismo con la insensibilidad que el autor cuestiona. Intenta decirnos, a mí se me pudrió el alma, y en parte gracias a mi trabajo como periodista también se pudrió el alma de vosotros; sin embargo ahora, a través de la Literatura busco la sensibilización no sólo de no sólo de vuestras almas, sino también de vuestras conciencias.
Sin embargo en medio de la insensibilidad de los hombres de prensa, sobrevive aún el lado humano, “quien hubiera bautizado aquello como limpieza étnica no tenía la menor idea. La limpieza étnica podía considerarse cualquier cosa menos limpia”.
Se trasluce en cada línea la pugna entre sensibilidad e insensibilidad, ¿por cuál de ellas nos dejaremos ganar? “A Márquez las lágrimas no le dejaban enfocar bien, por eso no lloraba nunca cuando sacaban de los escombros niños con la cabeza aplastada, aunque después pasara horas sentado en un rincón, sin abrir la boca”.Luego narra las vivencias de otros colegas, como el que después de ver veinte o treinta muertos y medio centenar de heridos se echó a llorar luego de aguantar mes y medio, concluye ese párrafo diciendo “Márquez era el más duro de todos”. Esta frase parece contradictoria, porque anteriormente había hecho alusión a las horas que pasaba Márquez consternado por las imágenes de niños muertos; sin embargo grafica en pocas palabras ese duelo interno que vive cada periodista entre cumplir con su deber y dejarse arrastrar por sus emociones.
Creo firmemente que la labor de todo periodista no es ir sembrando la insensibilización de su público, sino todo lo contrario, ha de buscar la toma de conciencia y el compromiso con causas universales como las guerras.
El gran mérito de Pérez Reverte es el uso de medios no convencionales para cuestionarnos. Donde cualquier otro hubiese recurrido a la descripción detallada de escenas de muerte y destrucción; el español se vale de la postura de sus protagonistas. El debate moral que se percibe en ellos es el debate de cada uno de nosotros.
Arturo Pérez ha trabajado durante largos años para la televisión y esto le ha dado otra perspectiva del poder y alcance de las imágenes, que muchas veces se reducen a eso, a imágenes, cuando tras de ellas hay muco más, hay vidas, hay personas que sufren, que esperan, que anhelan.
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