Más allá del puente de pata negra


Cuando una persona ingresa en la espesura de los textos literarios, se encuentra con argumentos y realidades creadas por la imaginación, o por el contrario, con relatos que recrean fielmente nuestra realidad. Sea como fuere, los libros siempre envuelven al lector de manera tal que nos hacen sentir como si fuéramos parte de la historia.
En los últimos años, escritores de la talla de Gabriel García Márquez, Roberto Hernández Montoya, Álvaro Mutis, entre otros, sostienen que la realidad ha superado la imaginación, tal circunstancia enriquece la creatividad y el quehacer literario, y que a demás, originó una nueva especie conocida como “Literatura Periodística”. La nueva especie surge cuando el escritor se encuentra en la necesidad de despertar el interés de la gente por la literatura, que poco a poco se fue perdiendo, esta vez, no con escenarios recreados desde la imaginación del autor, sino, relatando la realidad con un alto grado de objetividad, casi al mismo estilo periodístico, es decir; valiéndose de hechos reales, describiendo hasta los más mínimos detalles.
Si bien es cierto que esta especie tiene un gran alcance para describir sucesos reales, no podemos fiarnos del todo, puesto que existirá siempre la posibilidad de alterar la realidad; la subjetividad en el autor estará latente y dispuesta a intervenir al menor descuido. Así mismo, el lector suele transformar la realidad sugerida por el autor, creando su propia concepción de los sucesos en base a lo que se dice en el libro; es por esto que, no podemos hablar de objetividad dentro de la Literatura. Personalmente sospecho que en los horizontes de esta nueva especie se concibe el nacimiento de un movimiento cuyas raíces están en la corriente literaria conocida como El Realismo. Tengo esta sospecha porque es en esta corriente donde el hombre se dedica a escribir sobre temas sociales, describe la realidad con crudeza, pero con escenarios todavía ficticios, partiendo desde este postulado, y considerando los elementos de los que se vale la Literatura Periodística es posible catalogarla como el Neo Realismo.
Vale decir que en el periodismo también se maneja un formato similar a la Literatura Periodística o Neo Realismo, se habla del Periodismo Literario. La diferencia que radica en ambas va mas allá de hacer un cambio en el orden de las palabras; el Periodismo Literario se origina porque el periodista se ve obligado a usar los elementos de la literatura, entre figuras y estilos, con el fin de hacer que el relato y el tratamiento de la noticia no sea tan fría y directa como suele ser. Tanto la literatura como el periodismo han evolucionado, la brecha entre ambas se acorta, y es cada vez más estrecha, que en un futuro muy cercano sólo será posible distinguirlas por el fondo y su funcionalidad y no por la forma.
Muestra de ello es el estilo particular que encontramos en el autor de “Territorio Comanche”, cuando relata las vivencias de dos periodistas como corresponsales de guerra. Es imprescindible para el autor que el léxico manejado por los personajes, las descripciones que ellos hacen de los paisajes y sus comentarios frente a situaciones de riesgo sea tal y como lo haría un periodista.

“…Arrodillado en la cuneta, Márquez tomó foco en la nariz del cadáver antes de abrir a plano general. Tenía el ojo derecho pegado al visor de la Betacam, y el izquierdo entornado, entre las espirales de humo del cigarrillo que conservaba a un lado de la boca. Siempre que podía, Márquez tomaba foco en cosas quietas antes de hacer un plano, y aquel muerto estaba perfectamente quieto. En realidad no hay nada tan quieto como los muertos. Cuando tenía que hacerle un plano a uno, Márquez siempre accionaba el zoom para enfocar a partir de la nariz. Era una costumbre como otra cualquiera, igual que las maquilladoras de estudio empiezan siempre por la misma ceja. En Torrespaña eran famosas las tomas de foco de Márquez; los montadores de vídeo, que suelen ser callados y cínicos como las putas viejas, se las mostraban unos a otros al editar en las cabinas. No te pierdas ésta, etcétera. Junto a ellos, los redactores becarios palidecían en silencio. No siempre los muertos tienen nariz…”

Se puede observar que el autor hace uso preferentemente de una narración en tercera persona. El texto es netamente narrativo, con un estilo indirecto. En cuanto a las descripciones, encontramos las topográficas, prosopografías y etopeyas. Son las descripciones minuciosas que le dan un mayor peso y garantía de credibilidad. Lo cual hace que el lector acepte tales episodios y los catalogue como ciertos.
Sin duda que esta obra es una pieza clave para comprender mejor hasta donde puede llegar la literatura y en que momento hace su aparición el periodismo. Tanto la literatura como el periodismo se pierden en el horizonte confuso de la realidad-ficción. No se puede decir a ciencia cierta si es este fragmento perteneciente a la Literatura Periodística o Periodismo Literario, es un secreto que sólo conoce el autor.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More