Al recorrer el centro histórico de Trujillo, nos damos cuenta que estamos viajando a través del tiempo. Al momento de pasar por “la Casa de la Emancipación, se nos viene a la memoria las lecciones de historia del colegio, y lo que nos contaron del Márquez de Torre Tagle quien gestó y planificó la independencia de Trujillo en dicha casa ubicada en la cuadra 6 de Pizarro; que a decir verdad ahora dicha propiedad pertenece al Banco Continental. La Historia de Trujillo no sólo esta escrita en los libros de historia si no también a través de su arquitectura.
La ciudad de Trujillo cuenta con 256 casonas, que alguna vez durante décadas la hicieron conocida por su belleza arquitectónica, pero en la actualidad gracias al paso del tiempo y los golpes de la naturaleza, la mayoría de estas casonas han quedado maltratadas pendiendo de un hilo, muchas de ellas sostenidas con vigas de madera; tal cual un anciano se sostiene con su bastón.
Las viejas casonas localizadas en el centro histórico de Trujillo, ya no tan solo nos transmiten sus historias; sino que a la vez nos hace temerles por la fragilidad en las que se encuentran. “Sólo un leve sismo podría traer abajo estas casonas y no solo podría haber daños materiales sino muertes y lamentaciones de algo que se pudo evitar” expresó Victor Palacios, un trujillano de 44 años que no se explica cómo es que el Instituto Nacional de Cultura (INC), puede mantenerse con los brazos cruzados, mientras que la opinión pública critica a su política de no renovar por completo aquellas casonas, debido a que éstas representan la historia y la cultura de Trujillo.
Las casonas: una historia que se derrumba
Hasta hace poco, se desplomó parcialmente el techo de la casona ubicada en el jirón Orbegoso 529, donde funciona el Restaurant – Pollería “Virgen de la Puerta”. El hecho no provocó consecuencias graves, pero sí le planteó una advertencia al INC, para que tome cartas en el asunto. Así como ésta, hay más que están a punto de derrumbarse, lo cual es solo cuestión de tiempo.
En la cuadra 07 de la calle San Martín, cuatro maderos de contención soportan todo el peso de la pared que muestra pronunciadas rajaduras. Un vecino se pregunta ¿qué pasaría si algún vehículo chocara con estos soportes, en el preciso momento que los transeúntes pasan bajo esta pared? Los resultados serían nefastos. El propietario de dicha casona es Carlos Bracamonte, “eh vivido durante más de 60 años en dicha casa con mis 4 familiares, y no pienso mudarme”.
Al costado de esta última casona, hay otra con las mismas condiciones. Allí vive la señora María Alvarado Rodríguez con sus familiares. Manifestó que su intención sí es restaurar su propiedad, pero el INC no les otorga el permiso, y que además no está tan peligroso como la de su vecino.
En el otro punto del centro histórico, Jr Bolívar, cuadra 07, se ubica una propiedad abandonada, donde se puede notar pronunciadas hendiduras y palos que le sirven de soporte. Los transeúntes resignados a estas malformaciones en la ciudad, cruzan temerosos bajo estas fachadas peligrosas. Los ciudadanos reclaman que las autoridades competentes debererían asumir su responsabilidad y prevenir en un futuro desgracias irreparables.
La ciudad de Trujillo cuenta con 256 casonas, que alguna vez durante décadas la hicieron conocida por su belleza arquitectónica, pero en la actualidad gracias al paso del tiempo y los golpes de la naturaleza, la mayoría de estas casonas han quedado maltratadas pendiendo de un hilo, muchas de ellas sostenidas con vigas de madera; tal cual un anciano se sostiene con su bastón.
Las viejas casonas localizadas en el centro histórico de Trujillo, ya no tan solo nos transmiten sus historias; sino que a la vez nos hace temerles por la fragilidad en las que se encuentran. “Sólo un leve sismo podría traer abajo estas casonas y no solo podría haber daños materiales sino muertes y lamentaciones de algo que se pudo evitar” expresó Victor Palacios, un trujillano de 44 años que no se explica cómo es que el Instituto Nacional de Cultura (INC), puede mantenerse con los brazos cruzados, mientras que la opinión pública critica a su política de no renovar por completo aquellas casonas, debido a que éstas representan la historia y la cultura de Trujillo.
Las casonas: una historia que se derrumba
Hasta hace poco, se desplomó parcialmente el techo de la casona ubicada en el jirón Orbegoso 529, donde funciona el Restaurant – Pollería “Virgen de la Puerta”. El hecho no provocó consecuencias graves, pero sí le planteó una advertencia al INC, para que tome cartas en el asunto. Así como ésta, hay más que están a punto de derrumbarse, lo cual es solo cuestión de tiempo.
En la cuadra 07 de la calle San Martín, cuatro maderos de contención soportan todo el peso de la pared que muestra pronunciadas rajaduras. Un vecino se pregunta ¿qué pasaría si algún vehículo chocara con estos soportes, en el preciso momento que los transeúntes pasan bajo esta pared? Los resultados serían nefastos. El propietario de dicha casona es Carlos Bracamonte, “eh vivido durante más de 60 años en dicha casa con mis 4 familiares, y no pienso mudarme”.
Al costado de esta última casona, hay otra con las mismas condiciones. Allí vive la señora María Alvarado Rodríguez con sus familiares. Manifestó que su intención sí es restaurar su propiedad, pero el INC no les otorga el permiso, y que además no está tan peligroso como la de su vecino.
En el otro punto del centro histórico, Jr Bolívar, cuadra 07, se ubica una propiedad abandonada, donde se puede notar pronunciadas hendiduras y palos que le sirven de soporte. Los transeúntes resignados a estas malformaciones en la ciudad, cruzan temerosos bajo estas fachadas peligrosas. Los ciudadanos reclaman que las autoridades competentes debererían asumir su responsabilidad y prevenir en un futuro desgracias irreparables.
Pronunciamiento del INC
El Instituto Nacional de la Cultura (INC), a través de su representante Enrique Sánchez Maura, explicó que se ha mal interpretado la función del INC, con relación a la protección de las casonas consideradas como patrimonio cultural, ya que éstas sí pueden ser demolidas en caso de que representen un riesgo para la vida humana. “Es el INDECI el que debe autorizar la demolición del inmueble, el INC sólo es el órgano técnico que evalúa el desmontaje, es la institución del estado que vela por la conservación de las memorias del pueblo, pero sin oponerse a priorizar la vida humana”.
“Las casonas declaradas patrimonio cultural no se pueden refaccionar por la desidia de sus propietarios, quienes se niegan en cubrir los gastos que implica el mejoramiento de las estructuras de sus inmuebles” dejo entrever Sánchez Maura.
Además el INC ha hecho pública su satisfacción a la ley Nº 29164 que fuera promulgada por el Congreso de la República, y la cual promueve el desarrollo sostenible de servicios turísticos en los bienes inmuebles integrantes del patrimonio cultural de la Nación.
Esto permitirá la recuperación, restauración, conservación, puesta en valor y mantenimiento de este tipo de propiedades a través de conseciones para la prestación de servicios turísticos en zonas que determinará el INC a iniciativa de los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales, entidades públicas competentes y particulares.
Las casonas son testigos de la historia de nuestra ciudad de Trujillo, y es por este motivo que se trata de priorizar la conservación de su estado actual, pero, si estas están desmoronándose poco a poco representando una amenaza para las vidas humanas; pues es justo y prioritario su modernización para de esta manera evitar que la historia que tanto se quiere conservar no se desmorone por pedazos.
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